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martes, 7 de diciembre de 2010

Meditación con luz sanadora


Los seres de luz nos aconsejan que, en caso de que suframos una experiencia que nos defraude, pronunciemos internamente:

“Te/Os perdono.

Libero esta experiencia a la luz infinita del Universo.

Emprendo mi vuelo de hada.”

A través de estas palabras impresas en el pensamiento y en el ser, conectaremos con nuestra luz interior, con la calidez del amor que, de forma natural, reside en cada uno de nosotros, y, gradualmente, seremos más conscientes de nuestro centro iluminado.

Los seres de luz, especialmente, los ángeles y las hadas, nos susurran que llenemos de nuestra propia luz interior cada situación, independientemente, de como la vivamos o como la percibamos, imaginándonos como seres luminosos capaces de irradiar una luz poderosa que crece y se expande. Sin embargo, si la situación pudiera llegar a alterarnos, además de visualizar como es bañada por nuestra luz, llena de amor, paz y desapego, también trataremos de escuchar para nuestros adentros un sonido que nos guste, será un sonido cuyo eco resuene en nuestro corazón y que le recuerde la alegría de ser y de latir, independientemente de todo lo demás.

Para finalizar, los ángeles y las hadas, nos dicen que bastará con cubrirnos de luz sanadora y dejar que la situación siga su curso.

El ejercicio de la luz sanadora es muy sencillo y aconsejable de forma diaria al vivir o revivir aquella situación o incluso en meditación.

Un excelente ejercicio de meditación es meditar cada día en aquello que más amamos.

Todas nuestras meditaciones podrían incluir una meditación por el planeta tierra y por el reconocimiento por nosotros mismos, de este modo, podremos reconocer a los demás y a todo aquello que merezca o necesite de nuestro afecto.

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martes, 23 de noviembre de 2010

Meditación de amor por el planeta


Impulsa cada una de mis células un manantial de amor infinito que ha manado desde mi nacimiento y que se entremezcla con la luz de mi espíritu para irradiar al exterior y bendecir a todo aquél y aquello que alcanza.

Soy una fuente de energía i
nfinita que desprende amor y paz y que envuelve para siempre al planeta Tierra en un manto amoroso y apacible y se queda con ella, quieto y calmo, rodeando a la Tierra en un abrazo eterno. Es un manto transparente y claro como el agua, y corre ligero en todas direcciones, bañando todos los rincones del planeta, limpiándolo de toda impureza y disolviendo todo rastro de energía negativa.

Es así como ese amor que parte de mí, no sólo se traslada al planeta, sino que llena todo el Universo y, por eso, ahora siento, desde este momento, el cosquilleo de energía, ahora presente en todas partes.

Mi luz se funde con el corazón de la Tierra y un rayo parte de su vientre hacia el mío y me quedo con ella, con el compromiso de protegerla, preservar su entorno natural y respetar a las especies que la habitan.

Un destello luminoso de ángeles y hadas impregna el espacio universal y me conecto a él a través de un sentimiento de unidad y de pertenencia a lo espiritual, imprevisible y desconocido.

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sábado, 6 de noviembre de 2010

Meditación por la confianza en el Universo



Muchos seres de luz habitan en los bosques, pues en el corazón verde del bosque reside parte del alma del planeta Tierra, impregnada del espíritu natural en el que reside su encanto y su magia.


En un paseo bañado del misterio de la noche, con el guiño de la luna y de las estrellas, la brisa susurra bellas meditaciones a las hojas de los árboles las cuales en otoño se caen, pero que el viento eleva hacia el infinito para que le cuenten a la bóveda celeste esas hermosas meditaciones de la brisa, las cuales provienen del corazón de los seres de luz de bosques encantados.

“En el paseo de los seres de luz por el bosque de noche, se dejan cautivar por esa serenidad que desprende el cielo, que les apacigua el corazón como si una llovizna de gotas de paz les bendijera en cada paso.

Las hadas, los elfos y los duendes marcan un paso gracioso, discreto y grácil en una danza secreta con el suspiro de la noche y la pureza del alma de las montañas, que abraza el bosque y lo irradia con su luz cristalina como el agua.

La vegetación es tan frondosa que tapa el cielo, pero lejos de sentir la inmensidad del espacio y del momento, las hadas disfrutan de la sensación de protección que esa enorme corona que las copas de enormes árboles les brinda y caminan un corto trecho hasta que consiguen ver las estrellas y se funden con ellas en la libertad del infinito.

Y desde esa posición estelar, las hadas nos cuentan:

En la dicha del momento,
reside la confianza en nosotros mismos

y en esa inteligencia oculta
en todo y en todos.

Es esa inteligencia
que se sustenta
en el impulso cósmico
y que contribuye a que todo sea,
la cual es nuestro mejor maestra y guía.

Sólo hay que dejarle ser.

Es esa inteligencia del Universo,
macerada en el vacío, la sabiduría y el amor
que acuna a la humanidad
y a toda forma de existencia en sí misma.

Desde este amor y esta comprensión
se forja la realización de las almas
y el beso que otorga vida a nuestros corazones.”

viernes, 29 de octubre de 2010

Meditaciones de amor propio y por los demás

En un susurro que acuna el viento, los seres de luz nos brindan meditaciones para potenciar el sentimiento del amor en todas las áreas, pues como seres humanos hemos venido a experimentar este bello sentimiento. Repetir estas meditaciones a menudo o escribirlas les conferirá una manifestación más instantánea en nuestro mundo:

“Siento el amor en mi interior como una energía sublime que me rodea por completo y que circula por mis venas. Este cálida energía me hace sentir dichosa y en paz.

Siento amor por mí misma, por mi familia y amigos y por los lo que me rodean.

Siento amor por todo cuanto existe.

Ahora visualizo como este amor se ramifica infinitamente y se distribuye para disolver el sufrimiento del mundo.

Me siento como un árbol que con sus raíces absorbe el amor y lo conduce a cada rama, a cada hoja y es repartido por la luz y el aire allá donde convenga.

Es tal mi deseo que la fuerza del amor continuamente bendiga y rodee al planeta, que no paro de generar amor en mi corazón para seguir alimentando el corazón de aquellos que se lamentan y que su dolor, así, se transforme en libertad.

Amo a los desconocidos y a lo desconocido y, por tanto, también a ellos les envío mi amor, siendo consciente de que, aunque no pueda entender todo lo que me sucede a mí y a los otros, hay algo más allá de todo entendimiento que se encarga del vaivén del mundo.

Desde la transitoriedad de todas las cosas, yo sigo enviando un baño de amor al Universo, hasta que lo veo tan empapado que es como si un halo de luz amorosa lo rodeara y lo abrigara por completo, y sigo enviando amor.



Otra meditación para ensanchar el sentimiento del amor en un poderoso campo vibratorio que nos acaricie a cada minuto y que se expanda por todo el planeta Tierra, podía ser esta:

“Envío amor a cada átomo de la existencia, a cada rincón de la creación de modo que no quede nada en este Universo sin ser impregnado por la fuerza amorosa que estoy generando ahora.

Todo aquello que la recibe se siente renovado y vital de manera que toda la energía que se genera a su alrededor se transforma en la vibración del amor.

Ahora mismo estoy creando un poderoso campo de energía que abraza el planeta y al resto del cosmos el cual arrastra y purifica cualquier rastro negativo transformándolo en la fuerza energética del amor en sí misma. Esta fuerza ayuda a la toma de conciencia del ser interior que hay en cada uno de nosotros y es ese espíritu el que ahora se manifiesta desde la posición del amor.

El amor infinito surge a borbotones desde la caudalosa corriente de mi corazón y es tal su enorme radio de acción, que sonrío en la confianza de que se está creando ahora felicidad y bienestar en todo aquello que lo necesita. Siento el cambio desde ahora gracias a la manifestación del amor abundante que está circulando en todas partes.”

La energía del amor nace del corazón y desde este punto vital, pronunciaremos estas palabras mágicas para que transmitan su luz por todo el planeta y el Universo a quien la necesite:

“Visualizo mi corazón como un motor de energía que vibra al unísono con la vibración del amor de modo que las ondas de energía son tan poderosas que dan abasto a todo aquello que se cruza en su camino. Así pues, veo aquí y ahora como esta enorme luz energética llena de amor a personas, animales, lugares y vegetación de todo el planeta. La energía del amor purifica a todo aquél que la recibe. Además, la energía del amor es tremendamente regeneradora y curativa por lo que ahora está equilibrando todos aquellos ciclos que quedaron dañados. Contemplo, así, como la paz y el perfecto equilibrio se adueñan de todos los aspectos del planeta y del resto del Universo y, por tanto, éstos quedan perfectamente restablecidos, floreciendo en el amor que ahora envío.”

Diariamente, en posición de meditación, brindaremos estos buenos deseos con la firme intención que desde nuestro corazón se manifiesten en la vibración energética del amor por nosotros mismos:

“Un dulce tornado de energía amorosa brota de mi corazón y se esparce en mi interior como una brisa traviesa que impregna a todo mi ser de un dulce cosquilleo que vigoriza a cada órgano y a cada molécula para convertirse en la viva imagen del amor y del encuentro conmigo mismo/a.

Contemplo ahora como este suave torbellino se levanta en todo mi interior, como si de hojarasca que eleva el viento en otoño se tratara, y me aporta plenitud y alegría con la calma y el equilibrio que otorga la confianza que nace del estado de alerta inherente a la consciencia en el ahora. Ese regalo que es un don que nace de la fuente del amor, la cual brota del manantial de emociones limpias albergadas amorosamente en la luz de mi ser interior, con el cual ahora me conecto para sentirme en todo mi esplendor y mi pleno potencial.”

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miércoles, 27 de octubre de 2010

Meditación de amor por nuestro organismo y por el planeta

Imaginemos que seres de luz como las hadas, los ángeles y los duendes nos escriben una carta con frases inspiradoras de amor por nuestro organismo, por nosotros mismos, por aquellos que nos rodean y por el planeta que nos acoge. Podemos leerla en voz alta en postura de meditación con el corazón lleno de fe. Crearemos un campo de energía con la vibración de nuestras palabras que llegará a su destino:

"Abrazo el corazón de cada una de mis células y les agradezco infinitamente el buen papel que siempre han desempeñado en mi organismo.

Me adentro en sus acciones, en su perfecta coordinación, movidas por la poderosa fuerza del amor en sí mismo.

Ese amor es ahora el que se hace presente y crece en todas mis acciones, y el que crea milagros a mi alrededor.

Envío legiones de ángeles, hacedores del amor, para que lo multipliquen y lo trasladen allá donde sea más necesario.

Decreto que las lágrimas del sufrimiento se sequen y que los corazones rebosen alegría y esplendor emocional.

Siento a cada una de mis células como seres perfectos que irradian luz y entendimiento, y me que mantienen en un estado de perfecta salud.

Desde este estado de equilibrio, envío renovación y quietud al planeta con el convencimiento de que ya está hecho."

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